Distraído

Distraído...

en un amor sin futuro,

entre soberbia y vanidad,

perdiendo un tiempo maduro

que pronto habrá de faltar.

Desorientado…

en una falsa ilusión,

en el devenir de la vida,

en constante transición...

ahora bueno, ahora malo,

ahora lo siento peor.

Si lo tengo no lo quiero

y si lo quiero no es amor.

Sospechoso y acusado

castigado estacional,

dependiente de tu estado

y altibajo emocional.

Desorientado y distraído

he de enfocar mi atención.

Vanidades y soflamas

ya se apaga mi ilusión,

ya no me queda paciencia,

se acabo la distracción.

Fdo.- José L. Pérez Ballesteros

A ti

Chispeante en la mirada

a flor de piel el deseo

y hasta el aura temblorosa

demanda impaciente el trofeo,

y se rozan nuestras manos,

y se llaman nuestros cuerpos,

a fundirse en uno solo

a descubrir el misterio,

el que aflora en cada poro...

el que habita en nuestros sueños.

José L. Pérez Ballesteros

Madre

Como parte de tu entraña, que lo fue,

así lo sentirás toda la vida,

comparable es al dolor cuando llegó,

al que sientes cada vez cuando se aleja.

 Y solo tú, capaz de tanto amor,

antepones a la tuya,

la vida que preservas.

Autor.- José L. Perez Ballesteros

Dedicado a todas las madres que merecen ese honor 

por su amor incondicional y muy especialmente a la mía.

Capítulo cerrado

Con la lección aprendida

y el capítulo cerrado,

pasa página la vida

y borra recuerdos amargos.

Solo queda en la conciencia

las experiencias vividas,

aquellos mágicos momentos

de mil citas a escondidas.

Y los proyectos disueltos

como en agua desalada,

quedarán en el recuerdo

de nuestra vida pasada,

y así se irán diluyendo

poco a poco en la memoria,

lo que pudo ser y no fue,

ahora forma parte la historia.

Y la mente, que es selectiva

los irá clasificando,

tendrán el valor que tengan...

volverán de cuando en cuando,

se quedarán un ratito,

pero luego se irán volando,

atormentaran siempre lo justo,

hasta que se vayan disipando,

y se apagaran con nosotros...

cuando la historia este acabando.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Foto.- Mysticsartdesing

Obsesión

La cerrazón que invade todos los rincones,

incluso la inocencia del amor.

Y se llena todo de inmundicia,

de reproches, de miseria, de rencor.

Y se pierde toda la esperanza,

porque agoniza sin remedio la ilusión.

Y es el tiempo que desgasta,

y va matando lentamente la pasión.

Ya no vuelan mariposas cautivadas
¡Ya no hay magia...!

ya se ha disipado todo el interés.

Ya sin ello no nos queda nada

que lo haga nuevamente florecer.

Solo se arraiga el orgullo,

sinsabores, sinrazones, desazón,

algún amargo recuerdo... 

y aquella foto en un cajón.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros.

Desdén...

Qué más quisiera yo, que fueras mía,

qué más quisiera yo, que regalarme a ti.

Qué más puedo negar ¿Qué no te anhelo?.

Ya más no puedo herirme sin mentir.

Qué más quisieras tú que no te amara,
y que afrontara sin dolor tu imprevisión.
Qué más quisiera yo, que aborrecerte
y liberarme de esta extraña devoción.

Qué más quisiera yo, que no supieras,
que no supieras que te amo con pasión.
qué más quisiera yo, que no jugaras,
que no jugaras a romperme el corazón.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros
Ilustración.- Fotolia

Razonando con mi soledad

Viaje a ninguna parte, 

que carece de sentido...

Es un viaje a ninguna parte, 

que no tiene más motivo,

que el del placer de la carne,

alimento efímero del instinto.

Viaje, hermoso viaje,

que despierta mis sentidos,

tu belleza me acompaña,

por senderos sin destino,

por praderas y montañas,

por amor sin compromiso,

por subidas y bajadas,

por estrépitos estallidos.

 Cuando se apaguen las luces

y los fuegos de artificio,

quedará tan solo el humo,

sobre la tenue silueta,
de aquel hermoso castillo

y las cenizas reducidas,

de las de las tracas y los cirios,

y el olor a pólvora seca 

en mi cabeza metido...

y los ojos humedecidos.

Soledad, intrínseca soledad,

que te disipas solo a ratitos,

voy a tener que dejarte...

abandonada en algún sitio.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Ilustación (Licencia Fotolia)

Encrucijada

En el cruce de caminos de la vida

algunas veces, tome la dirección equivocada,

pero al llegar a algún destino se me olvida

si ésta pudo ser la opción más indicada.

A veces he tomado callejones sin salida

y otras tantas por distintos derroteros,

casi siempre a la mitad de la partida,

me pregunto... ¿a dónde lleva ese sendero?

Somos libros con mil historias distintas,

una, la elegida, escrita a sangre y fuego

y las demás son páginas en blanco,

repletas de preguntas y misterio,

que hubieran resultado diferentes

dependiendo siempre del trayecto.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros
Imagen (Licencia Fotolia)

Regresión

 

Inquina: persona dañina,

carcomido siempre por esa envidia cochina.

Malicioso: ser pernicioso,

que llena de mierda su tiempo precioso.

Cinismo: hundido en su propia miseria,

lo mejor que dará..., lo peor de sí mismo.

Garrulo:  lameculo iracundo,

pisando cabezas del resto del mundo.
Cateto: el hedor de tus palabras...
superado solo por tu aliento.
Fracasado: campeón de todo sarao,
pelota de fiestas, beodo y mamao,
mejor si es de gorra con todo pagado.
Lenguaraz: esta vez no podrás,
tan solo te aterra el temor
de tu propia maldad.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros.

Amor de papel

Han de ser fuertes los lazos

y robusta la estructura,

para que no los rompa la brisa

por cualquier descompostura.
 

Han de ser fuerte las velas

y aún más fuerte el timonel,

para que el viento de levante

no se los lleve con el.
 

Y es un barco a la deriva,

que nunca sabrá a dónde ir,

cualquier ventisca lo lleva

hasta efímero arribo sutil.

No resiste con coraje la tormenta.

Ni resiste la zozobra ni el ciclón

y sin viento favorable que acompañe,

deja ahogarse siempre al corazón.
 

Es un barquito insensible, flotante,

parecido a un cascarón,

siempre sin rumbo constante

buscando, siempre buscando,

en cada puerto algún amor.

Por eso es mejor no amarrarlo
y es mejor dejarlo ir,
para que atraque en algún puerto,
donde pueda ser feliz.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Foto.- Licencia Fotolia.

Inmortal

 Inmortalizada quedaste en mis poesías,
yo solo me quedé con tu recuerdo,

persistirás en ellas, viva y en el tiempo,

mientras voy muriendo en el silencio.
Y te escribo... y te hablo cada día,
 con la esperanza puesta en tu regreso.

Lloraré cuando te vea con tu frescura,
altanera, dominante, presumida...
paseando descarada por mis versos.

Buscaré tu rostro en mis palabras
y tus manos enredadas por mi cuerpo
y tus ojos chispeantes de alegría,
pendiente siempre de mis gestos.

Tus caricias, tus palabras y tus besos,
tu sonrisa... la tortura de mi tiempo,
martiriza mi cabeza cada noche
y ya solo me alimenta tu recuerdo.




Autor.- José L. Pérez Ballesteros
Foto.- Licencia fotolia

 

Claroscuro

Y las sombras y las luces,

los momentos apagados

y las dudas que me acechan,

los minutos despreciados

y el reloj parado, miserable,

alternando el tiempo en ambos lados.

Aún así la vida fluye muy deprisa

y todo... todo está desordenado.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Foto.- Licencia Fotolia

Deseo

Abriré las puertas de tu alma

con mis ojos entreabiertos.

Y la ternura de mis manos

enlazadas con las tuyas

te hablarán de amor y de deseo.

La impaciencia nos invade

y tú ya sabes lo que quiero.

Abriré las puertas de tu alma

con mis ojos

y después, la flor de tu jardín 

con algún beso.



Autor.- José L. Pérez Ballesteros
Pintura.- Liliana Martinez (Beso húmedo) 
Licencia Creative Commons 

Desorden de sentidos

Asomar la oreja a la reja,
eligiendo mejor no verlo,
sentir lo que estaba ocurriendo...
y sentirlo además por dentro.

Mirar con los ojos cerrados,
oler con el pensamiento,
 y palpar la brisa del viento,
saborear sin probar bocado,
qué es lo que se está cociendo,
la música, el bullicio, los elementos
y disfrutar así del momento.

Tardes de vinos y amigos,
 tertulias sin ningún motivo,
paridas varias, locuras, delirios,
estómagos retorcidos
y desorden de los sentidos.


Autor: José L. Pérez Ballesteros. 

Cuéntame luna

Cuéntame luna,

tú que la ves sollozar

y dime si siente lo mismo que yo,

confiesa si tiene en el pecho, al llorar,

este intenso dolor.

Cuéntale luna, tú que la ves,

 que no la puedo olvidar,

que la vida sin ella la vivo al revés,

que me siento perdido al buscar,

que me llevan sin rumbo mis pies.

O márchate luna y deja pasar,

de una vez a los rayos del sol.

Acaba por fin esta noche infernal,

empapada en alcohol y dolor.

  Márchate ya si no me vas a contar

donde se encuentra mi amor

y deja a la luz del sol apreciar

el camino de vuelta al calor.

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Ilustración.- Licencia Fotolia

Tiempo

  

Precioso tiempo, el perdido,

en marcar las diferencias,

en la protesta firme, el desvarío

y las absurdas incoherencias.

Precioso tiempo, el dañado,

al amor en su inocencia,

al desgaste inútil y ofuscado

que va minando la conciencia.

Precioso tiempo, el vivido,

ese, lleno de horas muertas,

dedicado a las caricias, a los besos

y a viajar por las estrellas. 

Precioso tiempo entregado

a la absurda indiferencia.

Fdo.- José L. Pérez Ballesteros.

A San Prudencio

Líbrame Señor del majadero

y concédele la luz de la prudencia,

sosiego y quietud en mi presencia,
...y a mi buen campo de visión;
para que pueda detectarlo yo primero.

Líbrame Señor de iluminados;

de chismosos, de pelotas y de vagos,

de macacos ignorantes con pistola

y de profetas hipócritas zumbados.

Líbrame también de mi impaciencia
y ayúdame a contar una decena,
no me obligues a tirar de la cadena,
ni a sufrir diarreas de conciencia.


Autor.- José L. Pérez Ballesteros.

Dulce Navidad

Nochebuenas tengas muchas,
buenas noches a raudales,
y despertares llenos de sonrisas.

Noches buenas tengas todas.

Navidades... las precisas.

Noches de paz y armonía,
noches de amor y alegrías,
de sueños cumplidos de día
y de malos augurios vacías.

Feliz Navidad!!!!

Autor.- José L. Pérez Ballesteros

Laberinto de emociones

 
Ya me cansan las pamplinas
 y me aburren los dilemas
y las tramas infundadas
de sentimientos y penas.

Y la falta de cordura,

y los dimes y diretes,
urdiendo maléficos planes
de conjuros con aceites,
y con sapos y culebras,
o con lagartos alados,
dragones con dos cabezas
o pez espada encantado.

¡Que te explique lo que siento,
porque no te ha quedado claro.!
¿Insinúas que a veces me invento
sentimientos de tres al cuarto.?
Y si no me explico bien...
me meteré en un buen lío,
tu interpretas lo que quieres
y explicarme no es lo mío,
pues yo no puedo controlar
aquello que has entendido.

Las cosas son como son,
por extrañas que parezcan,
no se ha urdido ningún plan
de destierro de la reina.

Ayer es igual que hoy
y lo mismo será mañana,
quizas no me encuentre bien,
o quizas te tenga más ganas
y si no estoy al cien por cien,
no es por culpa de fulana. 

Las cosas son como son
y, o las tomas, o las dejas,
Cerebro en ebullición...
o la paras, o revienta,
lo que ves es lo que hay,

no lo que habita en tu cabeza,

las cosas son como son...
 de extraordinaria simpleza.


Autor.- José L. Pérez Ballesteros